Page 32 - "Əvvəl dəniz vardı"
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Diez poemas colombianos
Tan dulce y tan suave
se percibe al oído
que alegra de los huesos
aún lo más escondido.
II
Al monte de la mirra
he de hacer mi camino,
con tan ligeros pasos,
que iguale al cervatillo.
Mas ¡ay Dios! que mi amado
al huerto ha descendido,
y como árbol de mirra
suda el licor más primo.
De bálsamo es mi amado
apretado racimo
de las viñas de Engadi,
el amor le ha cogido.
De su cabeza el pelo,
aunque ella es oro fino,
difusamente baja
de penas a un abismo.
El rigor de la noche
le da el color sombrío,
y gotas de su hielo
le llenan de rocío.
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Tan dulce y tan suave
se percibe al oído
que alegra de los huesos
aún lo más escondido.
II
Al monte de la mirra
he de hacer mi camino,
con tan ligeros pasos,
que iguale al cervatillo.
Mas ¡ay Dios! que mi amado
al huerto ha descendido,
y como árbol de mirra
suda el licor más primo.
De bálsamo es mi amado
apretado racimo
de las viñas de Engadi,
el amor le ha cogido.
De su cabeza el pelo,
aunque ella es oro fino,
difusamente baja
de penas a un abismo.
El rigor de la noche
le da el color sombrío,
y gotas de su hielo
le llenan de rocío.
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